Acostumbrar a nuestro perro a ir a la peluquería
La primera vez que llevemos a nuestro perro a una peluquería canina debe ser una experiencia placentera que para nada le cause miedo o estrés y así evitar crearle un trauma al perro con las peluquerías.
No queremos que el pasar por la peluquería sea una pesadilla para nuestro perro, y tampoco queremos que nuestro perro tenga una mala apariencia y una mala higiene, sobre todo si es un perro de ciudad que convive con nosotros en casa, por ello podemos empezar a acostumbrarlo desde cachorro a estas sesiones de belleza e higiene.
Para que los cachorros asimilen la sesión de peluquería, podemos empezar a trabajar con frecuencia, una vez puedan empezar con los baños, y así convertir en algo normal el momento. También es importante ir acostumbrando a nuestro perro al sonido y sensación del secador, ya que muchas veces este momento les causa estrés. Si asimila el baño y el secado siendo un cachorro, se convertirá en algo natural para él.
Si nuestro perro ya no es un cachorro, o se estresa demasiado en la sesión de peluquería una posible solución o por lo menos una opción de minimizar el proceso es intentar es cansarlo antes de la sesión. Si agotamos a nuestro perro, su estrés al llegar a la peluquería se reducirá.
Una opción para enseñarle que el baño y el secado son actividades placenteras de las que no debe tener miedo tenemos que ir premiándole y sobre todo no transmitirle nosotros mismos los miedos o inseguridades. Utiliza golosinas como recompensa si se mantiene tranquilo, o muéstrale tu cariño para que vea que lo está haciendo bien. Nunca le acaricies en el momento que está demasiado nervioso o en el caso de que no se esté quieto ya que estaremos reforzando esa actitud.
Lo mejor es la naturalidad y la costumbre, llevar al perro siempre a la misma peluquería para que se acostumbre a la forma de trabajo del peluquero (al baño, al secador de pelo y a la forma de cortar o hacer el arreglo).
Pero todo esto de poco vale si luego llevamos a nuestro perro tras meses sin arreglarle el pelo y el desenredar sus nudos se convierte en una tortura para él... No dejes que llegue el punto en el que el manto de tu perro sea indomable.
En Escuela Mónica Gómez hemos observado a lo largo de los años que los perros que vienen a nuestros centros con una asiduidad semanal o quincenal, prácticamente el 99% de ellos vienen deseando entrar y recibir su sesión de peluquería, al contrario que los perros que viene cada tres meses, seis o un año,
Si la experiencia en la peluquería canina es positiva para nuestro perro, él querrá volver a repetir encantando. Podemos convertir estas sesiones de higiene en una terapia relajante para él.