El olfato: necesario en muchos sentidos
El olfato es una de las diferencias más grandes que existen entre nosotros y nuestras mascotas caninas, ya que para nuestros perros es el sentido más desarrollado.
En nuestro caso, tenemos cinco millones de células olfatorias en las cavidades nasales, y en el caso de los perros, el número de células olfatorias aumenta hasta 220 millones, aunque según algunos científicos su capacidad olfatoria podría superar en un millón de veces a la de los humanos.
Pero además de tener esta gran capacidad olfatoria, con la que identificar su propio terreno, reconocer a otros, detectar una hembra en celo, rastrear olores... los perros necesitan olfatear día a día para su propio bienestar.
Según algunos estudios, permitir que nuestro perro olfatee a su aire durante 15 minutos al día, por ejemplo cuando lo estamos paseando, equivale a una hora de ejercicio y a la relajación mental que esto conlleva.
Realizar actividades que nos gustan, como ir al cine, leer un libro antes de acostarnos o escuchar música nos resultan placenteras. Lo mismo ocurre con nuestras mascotas a la hora de olfatear. Para ellos olfatear una farola mientras pasean es una actividad placentera.
El perro necesita todos los días salir a pasear, correr, jugar etc. para satisfacer sus necesidades físicas. Pero también tiene necesidades mentales, por lo que no deberíamos de impedirle por ejemplo que rastree algún olor que le interese.
La cantidad de masa cerebral dedicada al olfato que el perro tiene es mucho mayor que la nuestra también. Nosotros tenemos 500 milímetros cuadrados mientras que los canes tienen un área de 7000 milímetros cuadrados, por eso cuando un perro está olfateando está poniendo su cerebro a funcionar en mayor medida que nosotros.
Olfatear hace que se estimulen las conexiones neuronales del cerebro y se mantengan activas, lo cual es beneficioso para ellos y para sus necesidades mentales.
Olfatear cosas exige una mayor concentración en nuestro perro, por lo que su mente queda despejada de cualquier tipo de estrés. Se reducen sus respuestas impulsivas y se armoniza su estado. (olfatear sería para nuestro perro lo que sería para nosotros por ejemplo sería practicar yoga o meditación).
Algunos profesionales están empezando a introducir terapias olfativas a los perros con algún problema, incluso sustituyendo a fármacos. Estaremos atentos a los avances en este campo tan interesante.